jueves, febrero 16, 2006

Viajeros sonrientes. Xabier Mendizabal Gonzalez

El mundo de los viajeros es todo un misterio, estás aquí o allá según las inquietudes que te empujen en cada momento, hay quién parte por interés intelectual, cultural o espiritual, muchos necesitan un descanso después de mucho tiempo de trabajo intenso, salir de la ciudad, estirar las piernas, recuperar el color en las mejillas,… conocer a esa persona que hace tanto estás esperando encontrarte en el camino... Puede que no pares de farrear noche tras noche, que te retires en una montaña de los Andes, que te dediques a pescar en un lago africano, a tomar el sol en una hamaca en el sudeste asiático, escalar el Mont Blanc, correr la maratón de New York, navegar en un velero por las islas del Pacífico,… quién sabe, cada uno en su momento necesita una cosa diferente, lo bueno del viaje es que te lo puedes permitir, puedes decidir en cada momento hacer lo que el cuerpo te pida.Y cuando el viaje dura ya un tiempo ese hacer lo que necesitas en cada momento se convierte en una droga tan fuerte como el opio, necesitas la libertad como el respirar, es más, te sientes ahogado cuando no tienes esa libertad, pero mientras la disfrutas te sientes feliz, encuentras lo que llena de alegría tu vida, sientes que tu vida ya no puede volver a ser la que era y empiezas a buscarte la vida para ganar precisamente eso, vida, trabajar por la vida y para vivir. Podríamos decir que eres feliz mientras vives, mientras duran esos momentos en los que estás realizando esa actividad que te pide el cuerpo y que la alegría que acompaña esa felicidad no desaparece incluso cuando llega el momento inevitable en el que la cara negativa del viaje sale a relucir.
Diferencio alegría de felicidad, la felicidad podríamos definirla como ese momento de gozo en el que uno se siente mejor que nunca, te ríes y no puedes parar porque sientes que has conseguido lo que buscabas en ese momento. Y la alegría es eso que te hace sonreír por la mañana después de haber pasado el peor diluvio de tu vida en una tienda de campaña con goteras, de noche y sin poder dormir en un camino de tierra en medio de los Andes justo ahí dónde empieza el Amazonas, es eso que te hace ver con optimismo cualquier situación, eso que encuentras cuando estás enamorado, cuando sonríes sin ningún motivo aparente y dejan de molestarte todos esos detalles que antes te hacían poner los pelos en punta, y es que amigo, ¡si estas alegre es que te has enamorado de la vida!.
La diferencia fundamental entre la felicidad y la alegría es que la felicidad la puedes conseguir con negocios sucios, avaricia y egoísmo, no podemos negar que el narco es feliz invitando a todos sus amigos a la fiesta en mansión rodeado de chicas impresionantes, ron, tequila, whisky,.. en esos momentos se siente un rey todopoderoso, es feliz. Pero no creo que sepa lo que es la alegría, no sonríe a la vida porque aún quiere más y más cosas para llenarla, cree que eres lo que tienes y nunca amanecerá sonriente mirando con ilusión el futuro.
La alegría es un estado de consciencia más que de ánimo y si sales de viaje para encontrar la felicidad seguramente lo que encuentres será la alegría, el sentimiento de realización, nada causa más alegría que saber que haces lo que debes, nada causa más alegría que la expansión de consciencia o el sentimiento de estar en algo que sabes que no es solo para ti. Por eso todas esas personas que estáis retratando por el mundo estarán llenos de alegría, sonreirán a la vida a pesar de todo lo que por sus circunstancias tendrán que pasar día a día.
Fijaros en el viajero sonriente, no tiene por qué estar en un lugar espectacular ni comer como el mejor gourmet, pero sonríe y la sonrisa es la mejor de las medicinas, volvámonos todos viajeros sonrientes porque hoy igual que mañana estaremos haciendo lo mejor para nuestras vidas, ¡vivan los viajeros sonrientes!